¿Amigos?

Sábado 17 de Octubre, 00:15h.

Por fin solo. Un poco más ahí arriba y lo habría pagado con Roberto. Aunque sigo sin entender por qué Ruth se ha puesto así. Aunque claro ¿Qué pasa? ¿Soy el único que vio el espectáculo del otro día? ¿Qué pasa que están ciegos? ¿O el ciego soy yo? No, decididamente la ciega es ella. ¿No se da cuenta de lo mucho que me gusta? Desde luego si no se ha dado cuenta ya, no sé qué más hacer. A lo mejor debería decírselo, pero creo que ahora no es el momento. Aunque pensándolo mejor, no, después de verla con ese idiota, no, no se lo diré.
*

Cómo me ha podido llamar desesperada. ¿Yo? Já. Desesperada. Será imbécil. Pero qué se ha creído. Ya decía yo que estaba tardando en montarla, siempre hace lo mismo.
Pero lo peor de todo es que aunque lo haga siempre, me gusta, y mucho. Y no puedo remediarlo. ¿Qué más puedo hacer para que se de cuenta de ello? En estos momentos no estoy segura de nada, bueno, en realidad de algo sí. Voy a intentar olvidarle.

*

Arriba, Roberto, cansado de rondar de un lado a otro en la habitación de Lucas decidió volver junto a las chicas para ver en qué estado se encontraba Ruth.
-Toc, toc. Hola, ¿Qué tal va todo por aquí? – Dijo abriendo la puerta divisando por completo la habitación - ¿Dónde está Ruth?
- Abajo, ha ido a beber algo. ¿Por qué?
-Bueno… la que se va a liar, Lucas también está abajo en la cocina.
- ¿Qué hacemos, bajamos y los separamos a tiempo o les dejamos que se tiren de los pelos un rato?- propone Cris sin disimular una pequeña sonrisa al imaginarse la escena.
- Mejor los dejamos, haber si se lían de una vez - Concluyó Nuria.

*

Entretanto Ruth llegó a la cocina y se dispuso a abrir la nevera para beber algo. Tenía demasiado calor. Decidió elegir un vaso de leche simplemente, algo más seguro que la hubiera sentado mal. Cogió el envase de leche, vertió su contenido en el vaso y lo volvió a dejar en el mismo lugar. Se dispuso a cerrar la puerta, pero cuando se dio la vuelta, descubrió asustada un perfil tras de ella.

-¡Dios! ¡Que susto!
-Eso digo yo. Pero ¿Qué pasa?
- Ah, eras tú, joder un poco más y me muero.
-¿Tan feo soy o qué?
-¿Quieres que te responda a esa pregunta? – Ironizó Ruth - Pues claro, qué pasa que nunca nadie te lo había dicho ¿No?
- Vaya pero si ha bajado graciosilla la niña… Por lo menos yo sí que me puedo mirar al  espejo sin romperlo. No como tú, que como no puedes vas siempre con esos pelos de loca.

En ese momento Ruth sintió en sus entrañas cómo algo explotaba. Eso fue la gota que colmó el vaso, era demasiado. Y así y sin previo aviso, Ruth cogió su vaso y se lo volcó encima de la cabeza.

-Mira, ahora además de estar más guapo estás más limpio. Es una lástima que aún me asustes.
-Perfecto.

Lucas cogió su vaso de agua y, esbozando una amplia sonrisa, se lo tiró a la cara.

-Mira ya somos dos.
-Eres imposible. Oh!, Olvídame.

Y con esas palabras decidió darse la vuelta y volver a la habitación de la que nunca tenía que haber salido. Estaba cabreada y furiosa. ¿Cómo se había atrevido a hacer eso? Tenía ganas de matarlo.
Pero, cuando ya estaba cerca de la puerta, notó una suave, a la vez que firme, opresión en el brazo. Ésta le obligaba a pararse y a girarse para encontrarse con su rostro. Y mirándole directamente a los ojos, escuchando sus corazones al unísono y respirando uniformemente, escuchó algo que le dio un vuelvo al corazón.

-¿Vas a dejar que esto dure para siempre?
*
Mira no aguanto más. Quiero saber qué ha pasado.
Roberto, no vayas, espera un poco más.
No, me niego. Ahora vuelvo.
*
Pasaron unos segundos en silencio. Ninguno de los dos quería romper aquel mágico momento. No emitían sonido alguno, ni pestañeaban siquiera, solo hacían una cosa, acercarse. Acercarse como si fueran imanes que irremediablemente se atraían. Porque ya se sabe, polos opuestos se atraen, y eso era justo lo que les ocurría. Sus rostros ya no podían aproximarse más. En esos momentos simplemente con que uno de ellos diera un último paso, sus bocas se encontrarían y se fundirían en un beso.


Pero justo en ese momento las puertas correderas de la cocina se abrieron para dar paso a Roberto.

¿Estais vivos o ya os habeis matado?
Rápidamente separaron sus rostros. Aquel momento había acabado como había empezado,  con sus sentimientos a una gran distancia.
- Creo que vivos – Suspiró Lucas.
– Se resignó Ruth.
Me parece que acabo de interrumpir algo. Emm, Obviad que estuve aquí. ¿Vale?
Y salió de la cocina sin mirar atrás. Quizá todos esos gritos hayan servido de algo. Pensó. Quizá ya todo haya acabado, aunque mejor dicho, empezado. Quizá, solo quizá.
Bueno, pues… ¿amigos? – preguntó Ruth ofreciéndole una mano.

Lucas no podía creer lo que sus oídos le decían. ¿Amigos? Solo amigos. Eso es lo que él era para ella. Pero algo en su interior le decía que mentía, que si Roberto no hubiera entrado la hubiera, se hubieran…

- Amigos. – Dijo estrechándosela  - Por el momento. – Susurró.

Ruth se había dado la vuelta para reunirse con sus amigas cuando Lucas la retuvo de nuevo, había tenido una excelente idea que no podía dejar pasar.

- ¿Puedo pedirte un consejo? ¿En plan amigos?
Sí, claro. Dime.
- Verás, la cosa está en que me gusta una chica pero no sé cómo pedirla salir. Me gustaría hacer algo original, algo que nunca se haya hecho, algo especial, algo exclusivamente para ella.
- Y yo entro… ¿Dónde?
- Pues no sé, podrías decirme cómo te gustaría a ti, algo podré sacar de ello.

Esta pregunta pilló desprevenida a Ruth. Nunca lo había pensado. Siempre imaginó que Lucas y ella se besarían y serían pareja. Así que tras meditar largo rato, encontró la respuesta perfecta:

Pues a mí me encantaría que fuera en un lugar grande, pero a la vez, vacio, solo habitado por él y yo. Un lugar, un lugar como el bosque, repleto de árboles y animales. Pero que fuera de noche, sí, y además que el cielo estuviera completamente despejado y pudiera contar las estrellas que él alberga – Dijo ilusionada.
-Muchas gracias Ruth. Creo que ya sé cómo lo haré.

Entonces Lucas se dirigió hacia las escaleras para que la velada continuara, con la mirada ilusionada de Ruth grabada en su memoria.

Mientras, Ruth veía cómo Lucas se marchaba, pero no solo, sino con otra. Otra chica que, a diferencia de ella, si había conseguido enamorarle. Si tuviera que responder en ese instante a la pregunta de Roberto, su respuesta hubiera sido muy clara. Sí, algo había muerto, y ese algo era su corazón.
*
Después de unas horas llenas de risas y carcajadas, ya nadie se acordaba de lo sucedido, o al menos eso parecía.
Cristina no dejaba de repetirse, como si de una película se tratara, aquel beso dentro del armario, y, lo más importante, si Roberto sentiría lo mismo que ella en esos momentos.
A su vez, Roberto estaba confundido.  ¿Por qué le había besado? Sabía que se había resbalado pero, ¿Era esa la razón o había algo más?
Ruth y Lucas se dedicaron a echarse miraditas durante toda la noche, y como no podía ser menos, solo pensaban el uno en el otro.
Y Nuria. Nuria tenía multitud de pensamientos. El no haber vuelto a hablar con Marco, la escena de la que había sido testigo en el hospital, Mario, esa chica que tanto la sonaba, su hermano, Ruth, el amor…
Pasados unos minutos solo reinaba el silencio. Ninguno se había dado cuenta que se habían quedado enfrascados en sus pensamientos.
-¿Hola? ¿Chicos? ¿Qué os parece si nos echamos a dormir? – Bostezó Cristina.
Los demás, con un bostezo conjuntivo y, tras él, unas risas, estuvieron de acuerdo. Aunque, realmente ninguno de ellos tenía sueño.
-¿Quién dormirá con quién? Porque puede ser que no sepa distinguir entre un buen y un mal momento para aparecer, pero sé contar y aquí solo hay tres camas y nosotros somos cinco. – Dijo Roberto fulminado por las miradas de Ruth y Lucas.
- Realmente creo que te equivocaste querido. Aquí hay dos camas para cuatro personas. Porque como es mi fiesta, yo elijo donde duermo y con quién. Solita y en mi camita. – Sonrió Nuria.
- Tú mandas – Rió Ruth – En fin, nunca cambiará. Bueno Cris, ¿Tu duermes conmigo no?
- ¿Tengo elección? – Suspiró. Con esa pregunta las ilusiones de Cristina y Lucas se esfumaron.
Cada uno se metió en su correspondiente cama. Nuria para ayudar a su hermano y a Ruth, junto tanto las camas que casi estaban unidas de no ser por una simple rendija. Y Así, todos, cerraron los ojos y se dejaron llevar por sus preocupaciones.
Lucas con Ruth. Ruth con Lucas.
Roberto con su confusión. Cristina con Roberto.
Y Nuria con su corazón.
Sábado 17 de Octubre, 08:03h


El alba le sorprendió contando las líneas de luz que dejaban las persianas, prácticamente no había conseguido conciliar el sueño. Hacía unas dos horas se había despertado tras notar la suave respiración de Ruth. Sorprendido comprobó lo que ya había sospechado,  se encontraba a escasos centímetros de su rostro. Pero esto no era todo, además notaba cómo unos frágiles brazos le rodeaban la cintura, y sin necesidad alguna de mirar supo que eran de ella.
Después de ese instante no había dejado de pensar en lo estúpido, ilusionado, y sobre todo, lo enamorado que se sentía. Ya que si alguna persona supiera cuáles eran sus sentimientos lo tomaría por loco. ¿Cómo podía estar tan feliz, tan dichoso, por un gesto que ella ni siquiera sabía que estaba haciendo? ¿Quién sabe? Quizá Ruth estuviera soñando con abrazarle tal y como estaba haciendo en aquel momento, como tantas y tantas veces Lucas había imaginado.
Sábado 17 de Octubre, 08:56h.
Apenas había transcurrido una hora cuando Ruth despertó. Al principio sintió la maravillosa sensación del no saber de donde, cuando y cómo estas, esa sensación que en apenas un minuto quedó aplacada por muchos sentimientos, momentos y pensamientos que hacía poco más de siete horas habían ocurrido. Aún seguía preocupada, es más, ansiosa, por saber quién sería la chica que le gustaba a Lucas. Suspiró, tarde o temprano lo sabría, con esto intentó darse la vuelta, pero extrañamente se sintió incapaz de hacerlo, y, en aquel momento, se percató de su postura. Estaba abrazando a Lucas, pero no solo eso, sino que él la abrazaba también. Se sintió como en una nube, nunca la había abrazado de aquella manera, era como si quisiera, como si fuera a besarla. Era una emoción imposible de explicar a menos que la hayas sentido. De repente se desilusionó, seguramente él estaría durmiendo y al notar que ella le abrazaba él la abrazaría pero seguro que sin darse cuenta…
Qué equivocada estaba.
Sábado, 17 de Octubre, 09:18h.
Vale, ya estoy harta. ¿Queda alguien por despertar? ¡Quiero comer! – Gritó Cristina
Rápidamente Ruth se dio la vuelta en dirección a Nuria para que nadie advirtiera lo que todo el mundo había observado desde hacía más de una hora. Habían dormido abrazados la mayor parte de la noche.
- ¿Sabes? Creo que Yo si estaba durmiendo, y digo estaba porque alguien me ha despertado – Gruñó Lucas teatralizando el papel de dormido puesto que llevaba varias horas contemplando el semblante dormido de Ruth.
Pues te aguantas, anda vamos a comer –Insistió.
- De acuerdo, venga vamos, seguro que hay chocolate – Dijo Lucas ilusionado al ver la sonrojada cara de Ruth.


Siguiente Capítulo ♥

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios, dios, dios
Me encanta.
Publicad más capítulos por favor.
Saludos :)

Chusi Diaz dijo...

Estoy de acuerdo con anonimo! subid ya mas por favor :D

Anónimo dijo...

Me los acabo de leer todos. es muy bonita la historiaa!^^

Sonia dijo...

aaaaaah! me dejaste con la intriga, estoy desando que llegue el domingo!

Anónimo dijo...

aaaaaa!porque haceis esto me habeis dejado con la intriga de que pasará.no es justo!Es super bonito me encanta!!seguir escribiendo :)

Sonia dijo...

la cosa cada vez mas interesante, hay tantas intrigas....no puedo esperar!!!

Sonia dijo...

me encantan estan taan enamorados, necesito que se lo digan ya! todos estaremos mas tranquilos =)

Anónimo dijo...

Bueno yo acabo de ver esto por primera vez,me he leído un par de capítulos y la verdad es que..están muy bien para ser sincera.Publicad má capítulos y seguid así son chachis :)

Corazon de Plata dijo...

acabo de leer los 10 capitulos de golpe,

lastima que ya se me cierran los ojos
poque es un historia hermosisima como una estrella de la madrugada