Un día gris


Sábado 11 de Octubre, 16:00h

Era un día gris. Un día lleno de nubes cargadas de lluvia, de esas que no sabes cuando van a empezar a descargar. El único sonido que se escucha es el de los coches que atraviesan la avenida dirección a cualquier sitio. Era un día gris cualquiera. Nada de lo que había acontecido el día anterior había impedido que la gente siguiera respirando, siguiera pensando y amando. Pero para él todo había cambiado desde aquel mensaje.
*
Sábado 11 de Octubre, 17:23h
Era un día gris. En la ventana solo podía ver parejas de novios. Besos,  caricias, abrazos… Algo que tanto la gustaría sentir de la persona amada. ¿Dónde estaría él? Después de la noticia del día anterior no habían vuelto a hablar. Odiaba ser portadora de tales noticias pero ¿qué podía hacer? Pobre Mario, parecía que todo iba bien, incluso entre ellos dos y ahora esto. Además, justo cuando ella se disponía a preguntarle, bueno más bien, a interrogarle.
*
Sábado 11 de Octubre de 2010, 21:49h
A más de cuatro manzanas de distancia se encontraban Lucas, Ruth, Cristina y Roberto. Llevaban más de tres horas bailando y dejándose llevar por esa cosa tan maravillosa que es la música. En esos momentos sonaba:
♪ Yo soy muy callado y nunca te he hablado de esto que siento y ya no aguanto más, Como es que no te das cuenta de que al solo verte, yo que soy tan fuerte empiezo a temblar 
Cristina decidió tomar algo y así aprovechar y contarle a su amiga lo que había descubierto.
*
♪ Yo soy muy callado y nunca te he hablado de esto que siento y ya no aguanto más, Como es que no te das cuenta de que al solo verte, yo que soy tan fuerte empiezo a temblar 


A veces era increíble cómo la música podía expresar cosas que ni el corazón podría haber dicho mejor. Justo en el momento en el que esas palabras habían sonado Lucas, por un acto reflejo había dirigido su mirada hacia Ruth. Cómo la quería, y, a pesar de todo, cómo la había cagado.
*
-Ruth, ¿Por qué no me acompañas a tomar algo? Estoy seca.
- Vale, ¿Por qué no? – Respondió Ruth con un suspiro de decepción. Llevaba toda la tarde mirando a Lucas y cada vez que sus miradas se encontraban él la rehuía y miraba hacia el techo o a cualquier otro lugar. Pero lo peor no era eso, lo peor era que no la había ni tan siquiera saludado.
- ¿Has visto al camarero? Dios a ese le hacía yo un par de favores.
- Cristina, para por favor qué vergüenza.
-¿Por qué? Solo estoy mostrando mi opinión. Ay que ver Se defendió Cristina riéndose- En fin, te tenía que contar algo pero se me ha olvidado.
- Como siempre quieres decir.
- ¡Ajá! Ya me acuerdo. Es sobre Lucas.
- A…- Dijo Ruth volviendo a mirar al chico de sus sueños.
- No es nada malo te lo prometo. Al revés es genial. He llegado a una gran conclusión, Lucas no quería tus apuntes, quería algo más. Está claro, para qué un chico te va a llevar a un lugar lejano y solos para pedirte los apuntes de una única semana.
- Como me gustaría creerte. Pero míralo por favor si no me presta nada de atención. Que vá él no quiere nada conmigo y me parece que ya tendría que empezar a creérmelo. Cris eres mi mejor amiga deberías entenderme y apoyarme, por favor ayúdame a olvidarle y pensar en otro.
- Pero hazme caso, por favor, por una sola vez.
- Cris para ya. – Y con esta última frase se marchó.
*
Sábado 11 de Octubre, 22:00h.
Era un día gris, aunque no para todos.
 Miró por tercera vez su móvil. Eran las diez y todavía Marco no se había presentado. Ya se retrasaba más de quince minutos y no la había mandado ni un mensaje. Una cuarta vez. 22:01. En ese momento siente unas frías manos sobre sus ojos.
- ¿Marco?
- ¿A que no sabes qué día es hoy?- Respondió él con otra pregunta.
- Eso debería de preguntártelo yo,  ¿no crees? – Recordando, cómo hacía dos años que él la besó por primera vez. - Además con otra pregunta, ¿Y la hora?
- Lo siento, hay veces que necesitas más tiempo del que dispones.
- ¿Qué quieres decir? Dijo Nuria con un deje de ilusión en su voz.
- Voy a quitar mis manos de tus ojos no los abras hasta que yo te diga, ¿Vale?
- Vale.
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo.
-¿Por lo que más quieres?  – Aseguró Marcos.
- Sí, por ti.
*
Sola en la pista se encontraba bailando. Ya hacía mucho tiempo que había dejado de pensar en sus problemas y solo se concentraba en mantener el ritmo. La música entraba por uno de sus oídos y tras llevarse de su corazón todas sus preocupaciones salía por el otro, dejando tras de sí una sensación de liberación. En esos momentos nadie la molestaba, nadie se acercaba. Todo el mundo se fijaba en ella, en cómo se movía. Pero no se atrevían a interrumpirla. Nadie, excepto un chico.
- Hola, soy Samuel.
- Encantada, soy Ruth. – Respondió ella gritando.
- ¿Sabes? Llevo mucho tiempo mirándote desde donde están mis amigos. Y me acabo de apostar todo un sueldo en que bailarías conmigo. ¿Qué dices?
- Me encantaría.
Y así sus movimientos solitarios se transformaron en movimientos de pareja. Acercando y separando sus cuerpos. Riendo y gritando. Libres. Y así todos dejaron de mirarles y se unieron en su baile. Felices. Todos menos uno, un chico de unos diecinueve años que veía cómo poco a poco iba perdiendo lo único que en esos momentos le hacía feliz.
*
- ¿Puedo ya abrir los ojos?
- Aún no, no seas impaciente. Un momento.
- De acuerdo,  pero no tardes – Dijo con una sonrisa en la boca.
- Un momento… y …  Ya, ya está. Ábrelos.
Sin perder ni un solo segundo Nuria abrió los ojos. Y sin poder evitarlo, notó cómo una sutil lágrima recorría su cara y caía al suelo. Había esperado un regalo o una felicitación pero aquello era demasiado. Lo primero que había visto era un sinuoso camino lleno de rosas rojas que dirijieron su mirada hacia una gran pancarta que decía así.
Felicidades cariño
Pero  alrededor de esas palabras encontró un millón de frases bonitas, dirigidas a ella, solo a ella. Sin embargo eso no fue todo. Cuando habían pasado apenas cinco minutos de tal fantástico descubrimiento escuchó unos extraños ruidos procedentes del cielo. Rápidamente centró su visión hacia el cielo y descubrió el origen. Se trataba de cinco aviones que dando vueltas en el cielo escribían un mensaje, corto pero precioso.
NURIA TE QUIERO
*
 Y la música seguía sonando, la noche seguía pasando. Ruth cada vez se acercaba más al cuerpo de su acompañante. O, al menos, eso pensaba Lucas. En esos momentos si que no dejaba de mirarla, no podía. Su corazón necesitaba ver aquello para convencerse de la realidad. Necesitaba sufrir. Pero creía que ya era bastante y puesto a que no estaba dispuesto a dejar que Ruth se liara delante de sus narices con un tipo como ese, decidió que lo mejor sería apartarla de él. Y con este último pensamiento se dirigió hacia la pareja y cogiendo de la mano a Ruth salió de la habitación dejando atrás todo.
- Pero ¿Se puede saber qué estas haciendo?
- Pues lo que debería haber echo mucho antes.
- Y ¿Qué se supone que deberías haber echo? – Dijo Ruth imaginando lo que podría suceder a continuación.
- Esto - Respondió alzando sus manos entrelazadas.
- Entonces… ¿Es cierto?
- Pues claro, ¿Qué pasa que no lo notabas o qué?
- Claro que no, al principio si, pero luego con lo de los apuntes…
- ¿Qué dices de los apuntes ahora? – Preguntó Lucas confundido.
- Haber, creo que aquí hay algo que no cuadra. ¿De qué hablabas tú?
- Pues de que no vas a volver a entrar ahí y menos con ese tío. Ahora mismo nos vamos a casa.
- Já, encima tendré que hacer lo que un niñato como tú me mandé. Pero ¿Sabes qué? Sí me voy a marchar pero porque no quiero volver a verte. Adiós.

Y así, y con un último portazo, Lucas vio cómo volvía a perderla cada vez un poquito más.


Siguiente Capítulo ♥

3 comentarios:

Camila Henzi dijo...

me gusta su historia, y sobre todo el humor que tienen los personajes jaja me hacen reir :) muchas gracias por pasarse :D y ya las sigo :D aun me falta ponerme al dia, pero cuando tenga el tiempo, las leo :D
Besoooos!

Corazon de Plata dijo...

Dulce luna, es una historia maravillosa
soy incapaz de separarme de la pantalla

realmente es inpresionante como un historia puede parecer tan realista y tan hermosa como las miles de bellas historias de amor que suceden todos los dias, en todos lugares

Gisel dijo...

¡Hola! ¡Me encanto! Aunque me siento mal por Ruth y Lucas, esos dos a ver cuando hablan sinceramente :).
Bueno, seguire leyendo, pero ahora no, tengo que ir a estudiar, jaja dentro de una semana tengo mis finales, y bueno estoy, quizás, algo atrasada.
Se cuida muchisimo, y adiós.
P/D: Cuando puedan, o tengan tiempo, estaria encantada de recibir su visita en mi blog. Adiós, y se cuidan. Continuen escribiendo!!!